VAMOS CAMINANDO Y PRESENCIAMOS UN DELITO…. ¿QUE HACEMOS?

Como dice el título, ¿Qué hacemos cuando somos testigos de un delito?, la probabilidad de que esto ocurra es alta debido al clima de inseguridad existente en la ciudad y en el país; sin embargo debemos ser conscientes que nuestra seguridad depende de nuestras reacciones pues estas pueden complicar la situación e involucrarnos en el listado de víctimas.

El primer deber que nos invade al ser testigos de un hecho delictivo es el moral, esa fuerza interior que nos compromete a actuar correctamente en defensa de la víctima y que nos solidariza para intervenir o solicitar ayuda, por otro lado, también existe la probabilidad de no hacer absolutamente nada por temor a ser agredidos, por miedo, por no sufrir represalias, etc.

En resumen: ¿intervenimos o no hacemos nada?…todo depende de las circunstancias no es lo mismo intervenir y atestiguar una agresión física o sexual en contra de alguien (donde es probable que el agresor no porte un arma), que observar un asalto o robo donde el delincuente porta armas de fuego y se encuentra apoyado por cómplices igual de peligrosos. Si intervenimos, corremos el riesgo de ser atacados, si no hacemos nada, los individuos huirán (impunemente por supuesto), es por ello que, si realmente deseamos ayudar lo mejor que podemos hacer para socorrer a la víctima es pidiendo ayuda a la Policía Nacional del Perú.

No esta demás tomar en cuenta lo siguiente en caso de ser testigos de la comisión de un delito:

  1. Protégete.

Mantenerse a distancia y a salvo es la garantía para encontrarse siempre fuera de peligro, de ser necesario corre, escóndete o refúgiate en un lugar seguro. Si fueras testigo de una pelea callejera donde no haya presencia de armas de fuego grita al agresor: “¡Ahí viene la Policía!” y retírate del lugar; jamás permanezcas observando o filmando los hechos para subirlos luego por internet.

  1. Observa detalles.

Observa de manera segura la imagen del agresor y recuerda sus características: edad, estatura, complexión, tez, color de ojos, tipo de cabello y corte, cicatrices o lunares, así como tatuajes, anillos, “piercings” o perforaciones, vestimenta y calzado, etc. Si a esto le sumamos el acento con el que hablaba (costa, sierra o selva), podeos decir que tenemos un retrato hablado del delincuente. En el caso de que exista un vehículo de por medio anotar la placa del carro, marca y color del automóvil, número de ocupantes, etc.

  1. Pide ayuda.

Reporta lo sucedido a la brevedad, no dejes pasar tiempo, En cuanto te sea posible llama al 911 y deja que la operadora lleve el control de la llamada, contesta las preguntas que te haga, dale a conocer el tipo de emergencia de que se trata, el lugar de los hechos e información de interés para las autoridades. No persigas al agresor nunca.

  1. Mantén la calma.

Respira con calma y profundamente, relájate y mantente alerta. Si los agresores se retiraron, exhorta a otros a ayudar a la víctima, asistiéndola en caso de haber sido agredida o reconfortándola mientras que llega la ayuda. Evita tocar y que otros toquen, muevan o alteren, cualquier elemento de evidencia crítica que exista o permanezca en el lugar.

  1. Espera a la policía.

Al llegar al sitio las autoridades, condúcelas al lugar de los hechos y a las personas afectadas. Narra los hechos de forma exacta, tal y como los observaste, enumerando las circunstancias de tiempo, modo y lugar. Contesta las preguntas que se te formulen con verdad y precisión. Sé cuidadoso de indicar únicamente lo que viste y evita suposiciones u opiniones.

Invita a la víctima, y a los demás testigos, a denunciar formalmente los hechos ante el ministerio público. Recuerda, “si no hay denuncia, no hay delito que perseguir”. No tengas miedo pues ante un delito, así como es importante aprender a ser una “buena víctima”, es igualmente importante aprender a ser un “buen testigo” para no ponerte en riesgo o complicar la situación.



Agregue un comentario