Nos hemos convertido en máquinas de producción, rentables, operativas permanentemente, con bajos índices de error y una permanente obsesión por liderar. Todo esto genera niveles de estrés altísimos que deben ser canalizados a través de actividades como los “jueves de patas”, los famosos “after office” y el uso de sustancias legales e ilegales como parte de la moda snob de otras culturas a niveles gerenciales.

Cualquier droga (legal o ilegal), altera el estado físico del consumidor, su conducta, su estado emocional y psicológico. La sociedad tolera el tabaco y el alcohol, pero ¿qué sucede con aquellas drogas que alteran la mente y se dirigen directamente al sistema nervioso central afectando la capacidad del usuario de pensar y procesar estímulos sensoriales?

Por lo general, los empleadores son los que pagan un alto precio por los empleados y gerentes que abusan de cualquier sustancia psicoactiva, debido a que el abuso de sustancias daña física, emocional y mentalmente a la persona, el uso y abuso lleva al aumento de la tolerancia y a la adicción y posterior dependencia de sustancias químicas, sucediendo generalmente lo siguiente:

  • Se disminuye la productividad y la moral
  • Aumenta la rotación del personal y genera ausentismo
  • Incrementa la presencia de incidentes y accidentes de trabajo
  • Eleva los niveles de robo y deshonestidad al interior de la organización
  • Incrementa el consumo innecesario de beneficios que otorga la empresa
  • Con el tiempo disminuye las ganancias
  • Se eleva el potencial de responsabilidad de la empresa, y
  • Puede dañar la imagen de la empresa de trascender

Quien abusa de sustancias produce relaciones disfuncionales, tiene problemas para llevarse bien con sus compañeros, tienden a ser más reservados, evitan las oportunidades para socializar con gente que no consume, son menos creativos y menos productivos, presentan problemas disciplinarios culpando a otros de sus deficiencias y errores, generalmente.

No vamos a detenernos en analizar los tipos de droga, sus efectos, o las tres atapas de la adicción pues esto nos llevaría a un análisis más extenso y doloroso del cambio gradualmente perjudicial que degrada al empleado; sin embargo trataremos de ir directamente al punto: ¿qué hacemos como empleadores para evitar esta situación?, ¿podemos lidiar con este problema y salir triunfantes?; la respuesta es sí y para ello es necesario la aplicación de una política escrita, practica, funcional y aplicable.

Una vez instalada esta política en la organización se debe de dar un periodo de espera en el cual se debe de instruir al empleado, se debe de generar el compromiso de cumplimiento del nivel gerencial y hacerlo público pues esta acción será la más disuasiva en el proceso contra el consumo de sustancias por parte de los empleados.

Es importante mencionar que en ningún momento se menciona que el objeto de esta política es la de encontrar, detectar y descubrir a los consumidores de sustancias químicas, todo lo contrario, la fuente principal de éxito será el monitoreo del desempeño de los empleados aplicando las acciones correctivas cuando éste no sea el adecuado.

La política que promueva un ambiente libre de drogas en la organización deberá, básicamente, mencionar lo siguiente:

  • Establecer claramente los objetivos trazados por la empresa para desarrollar un ambiente de trabajo libre de drogas explicando lo importante de esta directiva.
  • Implantar a todo nivel el rechazo dentro de la empresa al consumo de drogas y alcohol en el trabajo, prohibiendo su uso, venta, o posesión dentro de sus instalaciones.
  • Definir claramente lo que significa incapacidad en el trabajo.
  • Anunciar la implementación de pruebas para verificar el consumo de drogas al interior de la empresa, comunicando cuando la prueba es positiva y las consecuencias de no aceptar esta prueba.
  • Definir que es una infracción a la política a ser implementada y enunciar claramente sus consecuencias.
  • La empresa debe reconocer la existencia de problemas con drogas, apoyar su tratamiento y rehabilitación del empleado.
  • Implementar, de ser posible, un programa de apoyo al empleado y los pasos para su acceso.
  • Atender a nivel gerencia de cualquier pregunta o interrogante existente respecto al abuso de sustancias o el cumplimiento de la política.

En un próximo artículo mencionaré los tipos de drogas, sus efectos, el proceso de adicción y dependencia, esperando haber dado el primer paso en la lucha contra las drogas en nuestro centro de labores con lo anteriormente expuesto.



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