Estoy seguro que este artículo provocará varias reflexiones y cuestionamientos permanentes mientras sea leído por aquellos “expertos” en seguridad que se dedican actualmente a la gestión de seguridad ciudadana en nuestro país. Quiero precisar que no es intención de este ensayo desacreditar ni desmerecer el esfuerzo por cumplir la labor encomendada en la difícil lucha contra la delincuencia que vivimos actualmente y que realiza cada municipalidad a nivel distrital o provincial; todo lo contrario; es aportar un granito de arena en la misión de desarrollar sistemas de seguridad ciudadana de manera lógica, acuciosa, objetiva y profesional.

Antes de escribir este artículo, dediqué tiempo y paciencia a leer y revisar las propuestas relativas a seguridad ciudadana de varios candidatos a alcaldes y en líneas generales encontré la siguiente información:

  • Contratación de más efectivos para la tarea de serenazgo
  • Incremento de cámaras de circuito cerrado (CCTV) en avenidas, calles y parques.
  • Adquisición de nuevas unidades móviles para realizar patrullajes “integrados”
  • Incremento de las labores de patrullaje vecinal
  • Aumentar la presencia de la autoridad municipal en las calles
  • Recuperación de espacios públicos: implementación de Casas de Refugio contra violencia familiar y la mujer y la puesta en marcha de programas dirigidos a jóvenes.
  • Otras más que, al igual que las anteriores, carecen de fundamento y sentido común.

Las preguntas que propongo son las siguientes:

  • ¿En que se basan los futuros alcaldes en campaña (asesorados por sus candidatos a gerentes de seguridad ciudadana), para incrementar la contratación en el número de efectivos, colocar nuevas cámaras de CCTV, adquirir unidades móviles, etc.?
  • ¿Por qué efectúan el gasto de dinero y recursos del contribuyente sin explicar la metodología a emplear en la lucha contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana?
  • ¿Qué principios básicos consideran para estructurar su modelo de seguridad ciudadana?
  • ¿En que se basan sus “expertos” para recomendar estas acciones preventivas?
  • ¿Cómo reducen el riesgo?

Puedo asegurarle al lector que ninguna estrategia de seguridad ciudadana tendrá resultados óptimos en tanto no se detecten las vulnerabilidades de la zona a ser vigilada (el mapa del delito distrital puede ser una fuente de consulta pero no es la única) y el objetivo de este análisis de vulnerabilidades es reducir la oportunidad de que se cometa el delito, vale decir: mientras que el delincuente sienta que las probabilidades de ser detectado e identificado sean bajas y su posibilidad de escape alta, la recurrencia del ilícito se volverá a presentar en zonas cercanas y en la misma zona si no se toman las medidas de seguridad correspondientes.

Existen tres principios que deben ser considerados en la gestión de seguridad ciudadana e involucran a la municipalidad, el vecino y las autoridades policial, fiscal, judicial y penal; (sabemos perfectamente cuales de estas últimas nombradas son ineficientes e inoperantes en Perú, no perderé tiempo describiendo el problema que las afecta puesto que escapa al alcance de este análisis).

El primer principio es la territorialidad, es decir que cada vecino se sienta dueño, responsable y en la obligación de participar en la vigilancia e identificación de intrusos, ¿Cómo lograrlo? A través de capacitaciones, talleres, contacto personal con los vecinos de las áreas mas vulneradas, visitas programadas a zonas críticas, observación, evaluación y análisis del movimiento de personas, materiales, dinero, etc. Conseguir que el vecino sea parte del sistema de vigilancia y detección aporta el 40% del éxito de la gestión de seguridad ciudadana.

El segundo principio es la vigilancia natural retirando obstáculos que impidan la visibilidad de los vecinos y observadores casuales que dificulte la detección de intrusos, malas conductas y comportamientos indebidos en la vía pública. Esto obliga a la municipalidad a realizar un trabajo en equipo con el resto de gerencias de manera de no sobrecargar el distrito/provincia con paneles publicitarios, favorecer el recorte de arbustos y plantas, mejoramiento del alumbrado público y, lo principal, realizar desde la cabeza de la organización una gestión que demuestre honestidad, transparencia y esfuerzo por atender las necesidades de sus vecinos antes que despilfarrar los recursos asignados en medidas ineficaces o favorecer el enriquecimiento ilícito durante el mandato.

El tercero y último principio es el de control de acceso. Lo cual se logra colocando barreras reales y simbólicas (rejas, cercas, arbustos, etc.) que definan y limiten el acceso a edificios, condominios, espacios públicos, espacios privados y semi privados.

Los tres principios antes mencionados van de la mano con medidas de refuerzo adicionales:

  • Mecánicas, estas incluyen hardware de seguridad física, sistemas de detección electrónica, sensores, sirenas, sistemas de reflectores, etc. (a esto se le denomina endurecer el área vulnerable).
  • Organizacionales, involucran a las personas (vecinos y serenos), actividades de seguridad, procedimientos, normas y protocolos que articulan la operación de vigilancia y patrullaje.
  • Naturales, esta medida es un poco mas compleja pues considera las características como el terreno, distribución y zonificación, paisajismo y cualquier otra consideración no mecánica.

No olvidemos que el orden, mantenimiento y apoyo a la actividad legitima, son factores que no debemos dejar de lado ni obviar como parte de la misión de seguridad ciudadana, revisar la “Teoría de la ventana rota” permitirá evitar la percepción de que la municipalidad no se preocupa por la presentación y limpieza del distrito/provincia, con esta acción se previene la aparición de nuevas amenazas en la jurisdicción.

Sobra mencionar que la capacitación, el conocimiento y cumplimiento de las leyes y normas vigentes, la amabilidad, responsabilidad, honestidad, legalidad en su actuar, presencia, porte y sobre todo la capacidad de respuesta del encargado de operativizar el sistema de seguridad ciudadana (desde el Líder del área hasta el sereno de a pie), debe infundir precisamente lo que busca y necesita el vecino: sensación, percepción y tangibilidad de seguridad en su distrito/provincia.

Como se ha podido apreciar, todo inicia por un análisis concienzudo de las vulnerabilidades y por ende de los distintos niveles de riesgo de cada sector en la delimitación de cada municipalidad, la gestión articulada de los recursos y personas que integran el equipo de trabajo del alcalde para el tema de seguridad ciudadana en particular obligan a realizar una labor profesional y seria en todas las dimensiones requeridas.

Les pregunto, ¿Cómo reaccionaremos la próxima vez que escuchemos a un candidato a la alcaldía prometer seguridad ciudadana solo aumentando personal en las calles, vehículos y CCTV empleando los recursos de cada uno de nosotros (los contribuyentes) sin fundamento técnico o estudio previo?

Los invito a comentar este artículo y a enriquecer con su experiencia, conocimiento y buen juicio este blog en provecho de futuros lectores.



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