La teoría nos indica que el objetivo de cualquier cerco perimétrico en cualquier instalación es delimitar el área que desea protegerse y se considera ésta la primera capa de protección si nos referimos al concepto de protección en profundidad. Cualquier cerco perimétrico siempre intentará contener el ingreso de la amenaza externa, sea por disuasión o por la presencia de elementos de detección que faciliten y aseguren la respuesta adecuada en proporción directa a la intrusión.

Pero, ¿qué sucede cuando el cerco perimétrico no cumple con los estándares, no cuenta con sensores, no es disuasivo y la gerencia general o el área de producción no desean invertir en contener la amenaza?

Generalmente los cercos descritos en el párrafo anterior son levantados alrededor de obras de construcción en donde se minimiza el gasto de seguridad y se enfoca la totalidad de recursos al proyecto de construcción, por tanto, si no existe una bien coordinada estrategia de prevención de pérdidas el proyecto será propenso a robos, hurtos, accidentes y otros incidentes que, aunque les cueste aceptar a los ingenieros encargados: impactan definitivamente en la producción, su avance y costo final.

Ante este tipo de situaciones, los viejos principios de Seguridad Física se ponen de manifiesto y resurgen con una claridad y contundencia impresionante: “controle su área de responsabilidad aplicando vigilancia a través de personal de seguridad que cumpla los procedimientos básicos de control de accesos recurriendo a la única tecnología existente en el predio (comúnmente la comunicación telefónica celular) para solicitar la respuesta necesaria en caso de presentarse cualquier incidente que afecte la seguridad del proyecto”.

Bajo estas circunstancias en las cuales; por la temporalidad del cerramiento, tipo de trabajo, baja conciencia de producción-seguridad, minimización del riesgo, falso sentido de seguridad, etc; se decide transferir al agente de seguridad las funciones de identificación, clasificación y detección que usualmente debería de cumplir cualquier cámara de seguridad y vigilancia. Además, también se le asignará el proceso de evaluación y respuesta a cualquier amenaza que se presente en el predio.

Como es natural, generalmente se solicitará el mínimo de efectivos para cuidar el área de trabajo con la finalidad de reducir costos sin importar cuán grande es la operación a ser resguardada ni el impacto de pérdida acumulado.

El problema se incrementa cuando, a las restricciones impuestas a seguridad, le añadimos el cansancio acumulado del agente de vigilancia a lo largo de su turno de servicio, la falta de puntos de control o marcación de ronda que evidencia su desplazamiento al interior de la obra, el desconocimiento de sus funciones y responsabilidades debido a una mala inducción, al relevo (personal descansero o suplente temporal) que puede enviar la base o central que no cumple con el perfil o no cuenta con la actitud y aptitud para tamaña responsabilidad, el entorno externo y los peligros inherentes (sindicatos laborales, pseudo sindicatos sociales, sicariato, etc), el entorno interno y las contratas que demuestran poco interés en asegurar su maquinaria, equipos y herramientas, etc.

En resumen, la seguridad del frente de trabajo queda en manos de una sola persona, entonces ¿cómo hacemos para que se efectivice y priorice la Protección de Activos?

En primer lugar debemos asegurar el único medio de control disponible, es decir, la supervisión de funciones sea permanente y constante ya que este es el único punto sobre el cual gira el éxito de la operación de seguridad, el cómo hacerlo variará de acuerdo a las políticas y filosofía de seguridad de cada empresa y del grado de apetito al riesgo existente por lo que las iniciativas básicas que se pueden tomar en cuenta son las siguientes:

Control telefónico desde base cada 30´, esto nos permitirá saber las novedades existentes, la situación del predio, asegurarnos de la vigilia del agente de seguridad y de su integridad personal sobre todo en horas de la noche. El control a distancia debe ejecutarse con un formato de preguntas a ser respondidas que nos permita conocer la situación de activos y procesos críticos, personal y maquinaria operando, agentes fiscalizadores en el área, ingenieros y autoridades encargadas de obra presentes y tipo de trabajo efectuado al momento del reporte. Esta información se alineará con la data que pueda manejar el área de seguridad y Salud Ocupacional y es de gran utilidad para los prevencionistas de obra.

La inspección y visita del frente por el supervisor de turno/zonal o coordinador aleatoriamente permitirá no solo tomar contacto con el agente de vigilancia sino que en adición facilitará la capacitación en el sitio de situaciones diarias, absolución de preguntas y dudas, coordinación de detalle acerca de ingreso, permanencia y salida de personas, maquinarias y equipos fuera de horas normales, entrevista con ingenieros a cargo para recabar solicitudes especiales y encargos, también lo aprovecharía el supervisor para reconocer las condiciones inseguras que facilitan la comisión de ilícitos en el interior de la obra.

El reporte mediante videoconferencia vía wapp cumple también el propósito de ejercer control del agente de vigilancia, se puede efectuar un paseo “a distancia” pero en este caso debe ser guiado por un supervisor que conozca la obra y la haya visitado antes de manera que pueda orientar el reconocimiento virtual enfatizando el control de imágenes en las áreas interiores que por estadística se conocen como más vulnerables.

La colocación de sensores infrarrojos en ciertos puntos vulnerables del perímetro aporta en el proceso de detección quedando la respuesta en manos del agente de vigilancia y del supervisor (dependiendo de la distancia de este último al proyecto impactado).

Es una buena práctica coordinar con el área de Construcción/Producción, aleatoriamente, mover la ubicación de las casetas de seguridad a diferentes puntos de la obra (cercana siempre a las áreas críticas y accesos), con la finalidad de tener siempre la visión completa del proyecto y cambiar la perspectiva desde el punto de vista del agente y por supuesto desconcertando al intruso potencial.

EL uso de elementos de iluminación y de sonido (sirenas, silbatos, reflectores con sensores de movimiento, etc), que permitan evidenciar actividad de seguridad fuera de horas laborables en el proyecto evita también que merodeadores y ladrones oportunistas se atrevan a ingresar de manera subrepticia por temor a ser descubiertos.

Estas son algunas de las medidas más económicas que puestas en práctica ofrecen buenos resultados al departamento de seguridad y generan confianza en el equipo de Producción. Por supuesto que si recurrimos al uso de elementos electrónicos de control de acceso, sensores de detección o video vigilancia se elevará la tasa de confiabilidad del proyecto de seguridad pero no es este el caso a tratar en el presente artículo.

Los invito a comentar y enriquecer este artículo con su experiencia y conocimiento.



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